El Cascanueces
Es nochebuena en casa de la familia Sthalbaum. La fiesta navideña está en todo su esplendor, niños y adultos juegan, baila y se divierten. Llega uno de los invitados, el relojero, juguetero y el mago Drosselmeyer, quien trae regalos navideños. Entre los regalos, el mago Drosselmeyer presenta a dos muñecos que bailan y hacen las delicias de la fiesta. Clara y Fritz, los niños de la familia Sthalbaum, se preparan para recibir los obsequios que ha traído el mago. Clara recibe un hermoso Cascanueces que es admirado por todos.
Fritz se pone celoso del regalo de su hermana, le arrebata el Cascanueces y lo rompe. Drosselmeyer repara el Cascanueces con un pañuelo mágico y lo devuelve a Clara. Más tarde cuando los invitados se van, la familia se retira a dormir. Clara preocupada por su Cascanueces roto, regresa a la sala, toma el Cascanueces y se duerme con él en sus brazos. Al sonar las campanadas de la media noche, Clara despierta y se da cuenta que se está encogiendo, mientras el árbol, los juguetes y todo a su alrededor crece rápidamente. Los juguetes navideños cobran vida y la sala está invadida por un ejército de ratones comandados por el Rey Ratón. El Cascanueces se pone al frente de un ejército de soldaditos de juguete y entra en batalla contra los ratones. Cuando estos han vencido al ejército de juguetes y capturado al Cascanueces, Clara lo salva dando un pantuflazo al Rey Ratón mientras los ratones huyen despavoridos. El Cascanueces se convierte en príncipe y se lleva a Clara a un viaje por un mundo de fantasía, a la Tierra de la nieve, donde los reciben copos de nieve que bailan. Después viajan al reino de los dulces y encuentran al Hada del Azúcar, quien al escuchar de su batalla contra los ratones, los premia con una fiesta en la que se bailan diversas danzas: una danza española, una árabe, una rusa, una china y un vals bailado por flores. Al fina de la celebración, el Hada de las Flores y el príncipe Cascanueces bailan juntos. El sueño termina y Clara se despierta al pie del árbol de Navidad con su amado Cascanueces entre sus brazos.
Texto tomado del libro Ballet dde Juan Arturo y ErickA Martínez